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PYME – definiciones y características

Para poder hablar de lo que es una pequeña y mediana empresa, necesitamos, en primer lugar, hablar acerca de los negocios en general. Además de generar un beneficio, el propósito principal de estos es dar expresión al deseo humano de transformar una cosa en otra.

Cuando esta cosa nueva, que acostumbramos a denominar producto, no le es útil únicamente a su fabricante, sino que también soluciona los problemas de otras personas y están dispuestos a pagar por él, podemos llamarlo negocio. Por lo que, inicialmente, un negocio proporciona valor y, lo que es más, contribuye a la sociedad, por ejemplo, mediante la creación de empleo.

Hace mucho tiempo que esta palabra (aunque con distinta escritura y pronunciación) ha entrado a formar parte del vocabulario, refiriéndose a la ocupación de las personas con las que estas se ganan la vida. No hay duda de que por aquel entonces se trataba solo del trabajo de una sola persona.

Hoy en día, un negocio se define como una organización comprometida en actividades comerciales, industriales o profesionales. Y una organización la conforman un grupo de personas con un propósito particular. A día de hoy, un negocio es llevado a cabo, a menudo, por más de una persona.

¿Qué es una pequeña y mediana empresa?

Las compañías se clasifican, dependiendo de su tamaño, en las siguientes categorías:

  • Pequeñas empresas
  • Medianas empresas
  • Grandes empresas

Para la clasificación son tomados en cuenta los empleados de la empresa, su facturación y sus activos. De estos, el número de empleados es el criterio más habitual, a pesar de que algunos economistas argumenten que la facturación es una medida más apropiada para determinar el tamaño relativo de una empresa.

El término pyme, hace referencia a una pequeña y mediana empresa. Existen tres subcategorías: las microempresas, que tienen hasta 10 empleados, las pequeñas empresas, con entre10 y 49 personas, y las medianas empresas, que emplean a entre 50 y 249 personas. Las empresas que dan empleo a más de 250 personas son consideradas grandes empresas.

Es, sin embargo, importante mencionar que los números aquí no son cifras de pequeñas y medianas empresas, globalmente aceptadas. A la hora de clasificar una empresa en cuanto a su tamaño, diferentes países e instituciones determinan números distintos en referencia al número de personas empleadas. Y la diferencia es a menudo muy grande.

Un ejemplo rápido: el Banco Mundial considera una pyme a una empresa de hasta 300 empleados, con unos ingresos y activos de como máximo 15 millones de dólares para cada uno. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, una empresa de este tipo tiene entre 1 y 200 empleados y no tiene en cuenta ni la facturación ni los activos.

Definición de pequeña y mediana empresa en la Unión Europea

La definición de pyme de la UE coincide con la del Reino Unido, con dos diferencias. Una de ellas es que todos los importes son en euros. La otra es que la UE tiene un criterio de clasificación adicional: la hoja de balance total. Muestra los activos y pasivos de una empresa: lo que esta posee y lo que debe.

Este modo de contar puede usarse como referencia para el valor del negocio en una fecha. Para la microempresa, la hoja de balance total no debe exceder los 2 millones de euros, para la pequeña empresa, 10 millones de euros y la hoja de balance total de la mediana empresa debe ser inferior a 43 millones de euros.

Definición en los Estados Unidos

En Estados Unidos, la definición de pyme no es tan estricta y clara. Allí, la Administración de Pequeñas Empresas es la responsable de dicha clasificación. Esta, tiene en consideración, a la hora de clasificar una empresa por su tamaño, factores como la estructura de propiedad, el número de empleados, los beneficios, y el sector. Así, tanto una empresa de hasta 500 empleados como otra de hasta 1.500 pueden entrar en la categoría, dependiendo del sector en el que cada una de ellas opere.

Aun así, lo que tanto el Reino Unido como la UE denominan microempresas, está también reconocido como tal en los EE. UU., aunque se puede encontrar bajo la denominación SOHO (pequeña oficina/oficina en casa).

Ejemplos de pequeñas y medianas empresas

Tu peluquería, el bar y restaurante en el que te encanta pasar las noches con tus amigos, la floristería de la esquina, la empresa de taxis que tienes en llamadas rápidas, y la lavandería de tu barrio; todos entran en la definición de pyme.

Si miramos a cada uno de estas de manera aislada, realmente son pequeñas empresas. En cambio, ¿qué sería de nuestra vida sin ninguno de estos negocios, y de muchos otros? El tamaño en sí mismo no es un indicador de la grandeza de una empresa.

Esta categoría puede también incluir una cadena de fitness con varios clubes repartidos por la ciudad, un periódico o una revista, una empresa de alquiler de vehículos, consultores (abogados, empresas de contabilidad y expertos en seguros).

Las pequeñas y medianas empresas abarcan la mayor parte de la economía de una nación. El porcentaje puede variar según el país, pero representa más del 95% de todo el negocio privado. Es, por esta razón, que juegan un papel importante en el crecimiento del sector. Tienden a generar más empleos de calidad, ser más innovadoras y crecer más rápido que las empresas más grandes.

En qué modo una pequeña y mediana empresa se diferencia de un empresario individual

Aunque a primera vista puede ser difícil distinguir a las pymes de los empresarios individuales, son tipos de entidades diferentes. Una pyme es una empresa registrada, cuyo propietario (uno o varios) no es un trabajador por cuenta propia, sino un empleado de la empresa. Por otra parte, un autónomo, es una de las tres variedades de trabajadores por cuenta propia. El resto son Sociedad y Contratista Independiente.

Cuando uno está registrado como autónomo, trabaja habitualmente por su cuenta. Los dueños de pequeñas y medianas empresas tienen a otros trabajando para ellos. De hecho, aparte de, o en lugar de emplear personal, el dueño de un negocio puede contratar a un trabajador por cuenta propia para desempeñar un trabajo determinado o por un período más largo.

Ambos modelos poseen sus lados buenos y malos.

Las ventajas de ser una pequeña y mediana empresa

Es como estar fuera del límite de los negocios: cuanto más pequeño, más ágil. Como propone la definición, su configuración organizativa hace más fácil la toma de decisiones. Habitualmente, las personas del equipo son invitadas a participar con propuestas, mientras que, debido a sus estructuras pesadas, una idea que proviene de un empleado corporativo, no importa cómo de brillante sea, puede retrasarse meses en ponerse en práctica.

Las pymes están más cerca de sus clientes y los conocen de primera mano. Cuanto más grande es una empresa, más se convierten sus clientes en números en hojas de cálculo, columnas en histogramas y sectores en gráficos circulares.

En qué se diferencian las PYME de los empresarios individuales

Sus propietarios conocen a todos los miembros de su personal y, a veces, a un nivel bastante personal. Esto puede ayudar a mejorar las relaciones en el equipo. Se considera que tales empresas pueden difícilmente permitirse contratar a la fuerza laboral mejor preparada. En cambio, la formación de lujo no necesariamente significa excelencia, al igual que la falta de formación superior no priva en verdad a una persona de poseer excelentes habilidades. El personal de las pequeñas y medianas empresas suele ser flexible, tiene múltiples talentos y es, a menudo, la fuerza impulsora tras del crecimiento del negocio.

Otra de sus ventajas, es que se considera que tienen una capacidad de crecimiento más rápido que empresas de mayor tamaño.

Las desventajas

Como ocurre a menudo, las fortalezas de uno son también sus debilidades. La flexibilidad de las pymes puede fácilmente convertirse en caos, a menos que el propietario, o aquel que esté en posesión de la gestión de la empresa, posea fuertes habilidades a nivel organizativo.

Estas empresas tienen dificultades para financiar su crecimiento. Los bancos son reacios a asumir riesgos y les proporcionan préstamos. La falta de claridad y uniformidad en torno a los mismos puede impedir que algunos de ellos obtengan el apoyo del gobierno.

Esto hace más difícil que las pequeñas y medianas empresas puedan promocionarse frente a un público más amplio. Tienen menos poder de negociación, por lo que los productos y servicios que necesitan para funcionar, les cuestan, a veces, más. Es por esta razón que es más difícil para ellos competir con los mismos gigantes de la industria cuando se trata de precios.

Parece evidente que las crisis económicas son más difíciles de sobrellevar para las pymes. El mero alcance de la angustia que puede causar una reorganización en el negocio es menor si la comparamos con lo que es probable que perturbe a una gran empresa.

Riesgos

Quedarse sin dinero es peligroso para cualquiera. Y es esto lo que deja a las pequeñas empresas fuera de juego. Aquí se presentan las razones más habituales tras el fracaso de una pequeña empresa.

El propietario de una pequeña empresa suele ser un profesional apasionado que conoce bien su sector. En cambio, si bien pueden estar proporcionando un gran producto o servicio, es posible que les falte cierto conocimiento y experiencia en otros campos de suma importancia para el bienestar de la empresa.

Gestión, Finanzas, Marketing y Ventas son ejemplos de un bloque común, con el que una pequeña y mediana empresa puede tropezar. Dado que se necesita más tiempo y recursos para que una persona adquiera nuevos conocimientos, los propietarios a menudo no pueden permitirse modernizaciones. Y pueden, apenas, permitirse contratar el personal necesario para cubrir sus limitaciones.

Una mala gestión puede provocar muchas turbulencias en todo el funcionamiento de una empresa. Y a menudo significa también una mala planificación. Las inconsistencias entre la visión a largo plazo, que con frecuencia falta por completo, sobre el rumbo que debe seguir la empresa, y la necesidad de ejecutar sus operaciones diarias, son el resultado de las deficiencias anteriormente comentadas, y entre las razones de que una pyme pueda fracasar.

Conclusión

Cuando se trata de determinar qué es una pequeña y mediana empresa, cada país posee, prácticamente, su propia definición. A menudo, las diferencias entre un país y otros son importantes. Además, el criterio, así como los números en base a los cuales se clasifican como tales, crea una gran variedad de abreviaciones. Sin tener en cuenta estas disparidades, existe un consenso universal en el hecho de que estas empresas constituyen la mayor parte de la economía de una nación, empleando a enormes cantidades de trabajadores al tiempo que crean innovación.

Disclaimer: Tenga en cuenta que el contenido de este artículo y del Blog de myPOS, en general, no debe interpretarse como asesoramiento legal, monetario, fiscal o de cualquier otro tipo. Siempre debe consultar con un profesional antes de tomar medidas, ya que las particularidades de su situación pueden diferir materialmente de otros casos.

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